Cincuenta años del estreno de 'El Verdugo' de Luís García Berlanga
En febrero de 1964 por fin veían las salas madrileñas esta película, rodada un año antes en coproducción con Italia y guionizada por el propio Berlanga junto a Rafael Azcona, y Ennio Flaiano. Esta comedia negra, con su sátira política sufrió el tijeretazo de la censura para poder exhibirse y presentarse al Festival de Cine de Venecia, en el que consiguió el premio de la crítica.
El porqué de esta censura deviene de la comicidad con la que se critica la pena de muerte. Según cuenta el propio Berlanga en esta entrevista, antes de ir al Festival de Venecia hicieron un pase en Roma para el cónsul español que calificó la película y a su director como comunista y antifranquista y tuvo sus repercusiones dentro del ámbito político. También la delegación española en Venecia fue abandonando al equipo de esta película y se tachó de conjura su obtención del premio en el Festival.
Al principio de la película se juntan dos desdichadas profesiones: la de la funeraria y la de verdugo. Amadeo lleva siendo verdugo cuarenta años y está a punto de jubilarse. José Luís trabaja para una funeraria y ninguna chica quiere salir con él por su profesión, tampoco ningún chico quiere casarse con Carmen, la hija de Amadeo, al conocer la profesión del padre. A esto se suma un embarazo y un piso de protección oficial que la familia perderá si no se continúa con la profesión de verdugo. Así que José Luís renuncia a su sueño de irse a Alemania y se presenta para el puesto de verdugo, convencido de que es una práctica en desuso y que nunca llegará a ejercer hasta que llega una carta...
Atrevida y divertida, 'El Verdugo' se ha convertido en todo un clásico de culto del cine español que narra con retranca las desdichas de este novato verdugo que teme tanto el garrote vil como el ajusticiado. En la película se pueden ver las dos Españas: la de los ciudadanos con sus trabajos y penurias y la España turística en auge, con los visitantes relajados y bien alejados de la realidad del país.
La idea de la película se inspira en un hecho real sucedido en Valencia antes del ajusticiamiento de la llamada "envenenadora de Valencia" que fue presenciado por un amigo de Berlanga. Este le contó no sólo el miedo y la desolación de quien va a morir, sino los sentimientos de todos aquellos obligados a formar parte de la ejecución.
El 2 de marzo de 1974 se llevaron a cabo en España las dos últimas ejecuciones por garrote vil y el 17 de septiembre de 1975 las últimas por fusilamiento. La pena de muerte fue abolida en la Constitución de 1978 excepto en los casos que la legislación militar establecía en tiempo de guerra. En 1995 fue abolida definitivamente también en la legislación militar.
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