Luis Cernuda, donde habite el olvido

Donde habite el olvido o donde habita su recuerdo.  Bigote recortado, ojos negros  y piel oscura.  Siempre elegante con traje y camisas bien planchadas. Le tocó como al resto de sus contemporáneos vivir una época muy dura, con el desgarro de la guerra civil y la vida del exilio. El poeta murió en 1963 pero su palabra pervive en nosotros. Su recuerdo es una sombra alargada.

“[...] y la indiferencia y el olvido que, en el futuro, se cernirán sobre ella: [...] sujeto quedo aún más que otros / al viento del olvido que, cuando sopla, mata”

 

(Poema A sus paisanos)

 

Adolescente fui en días idénticos…

 

Cernuda nació en Sevilla en 1902. Se crió en un ambiente pequeñoburgués, tranquilo y a la vez monótono. Bajo el mando autoritaria de la figura paterna ( su padre era militar) se mantenía en el hogar una rígida disciplina. En el poema La familia, Cernuda refleja sus primeros años de vida. Califica al padre de “taciturno” y a la madre de “melancólica”.

 

Oh padre taciturno que no le conociste
Oh madre melancólica que no le comprendiste

 

 

Destaca también en el mismo poema la incomunicación que reinaba en su casa durante sus primeros años de existencia.

 

( …) Era a la cabecera el padre adusto,
La madre caprichosa estaba en frente,
Con la hermana mayor imposible y desdichada,
y la menor más dulce, quizá no más dichosa,
El hogar contigo mismo componiendo,
La casa familiar, el nido de los hombres,
Inconsistente y rígido, tal vidrio
Que todos quiebran, pero nadie dobla”.

 

Éste es un duro retrato familiar que Cernuda escribe al cabo de los años, cuando ya está él definitivamente endurecido. De Ocnos, especie de autobiografía en prosa poética, y de otras fuentes, se desprende que desde niño, fue tímido e hipersensible, con pocos amigos y con una tendencia a la soledad contemplativa y a la meditación. El interés de sus primas y hermanas por la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer y el acontecimiento del traslado de los restos del poeta posromántico desde Madrid a Sevilla en 1911 supuso para Cernuda, a la temprana edad de nueve años, su primer contacto importante con la poesía (no hay que pasar por alto que el título del libro Donde habite el olvido está sacado de un verso de Bécquer)

Por sus confesiones literarias, sabemos que, por esa época de la pubertad, su despertar a la poesía coincide o es simultáneo con su despertar sexual, y, en concreto, homosexual.

 

En 1919 comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla. Allí conoció a Pedro Salinas, su profesor e introductor serio en la literatura, tanto la clásica, como la de los ya clásicos más o menos recientes franceses: Baudalaire, Rimbaud, Mallarme, Verlaine...

En estos años descubre también a un autor francés que le influirá poderosamente, Andre Gide, y en el que encontrará el poeta sevillano un paralelo de sí mismo. En este sentido, la lectura de André Gide significará mucho para Cernuda, tanto personal como literariamente: su ejemplo (cuya vida coincide, en cierto sentido, con la de Cernuda) le permitirá reconciliarse consigo mismo.

 

 

1927

Este año es la fecha emblemática para situar al grupo de poetas y escritores que después se conocerá como Generación del 27 y es también un año muy importante para él. Publica su libro de poemas Perfil del aire. Cernuda tiene que encajar duras críticas “Aquello que te censuren, cultívalo, porque eso eres tú”,  responde Cernuda en Historial y escribe los poemas Égloga, Elegía y Oda. El primero de ellos se publicó en la revista Carmen.

En diciembre se celebraron en Sevilla los actos de homenaje a Góngora con la presencia de los escritores —la brillante pléyade— recién llegados de Madrid. Cernuda  en principio participa como mero espectador, pero algunas fuentes revelan que dio a conocer y leyó directamente algunos versos suyos.  Lo más sobresaliente de estas jornadas, es la relación que se crea entre los escritores. En esos días conoce a Federico García Lorca. “Algo que yo apenas conocía o que no quería reconocer comenzó a unirnos por encima de aquella presentación un poco teatral...” – escribe Cernuda-

 

 

Al proclamarse la República,  Cernuda se mostró entre sus partidarios.  Ejemplo de ello es su participación en la Misiones Pedagógicas y Culturales que organiza el gobierno de la II República desde 1934.

Cernuda se afilia al Partido Comunista por breve espacio de tiempo y colabora en revistas de marcado carácter izquierdista, como es el caso de El Heraldo o la revista Octubre, fundada por Rafael Alberti.

Pero los años treinta son también los del descubrimiento de la obra de los poetas románticos alemanes (Novalis, Heine, Hölderlin), así como el inicio de su faceta de traductor.

Durante la Guerra Civil participó activamente desde las trincheras culturales organizando actividades de todo tipo, como es la fundación de la revista Hora de España, junto con poetas como Alberti o Gil Albert.

 

 

 

Exilio

 

En febrero de 1938 sale de España. Aunque no compartió con otros compañeros de generación, como Alberti, el servicio de la poesía a la causa política, la posición de Cernuda respecto al levantamiento franquista y la posterior dictadura militar fueron siempre rotundas:

"... Para mí el levantamiento es responsable no sólo de la muerte de miles de españoles, de la ruina de España y de la venta de su futuro, sino que todos los crímenes y delitos que puedan achacarse a los del lado opuesto fueron indirectamente también ocasionados por los franquistas."

Los primeros catorce años del exilio los pasó en países sajones, primero Gran Bretaña, adonde llegó en la primavera de 1938 y en donde residió hasta 1947. Allí vivió de su trabajo como profesor en diferentes universidades como Cambridge o Glasgow. Ese mismo año se marchó a EE.UU donde también se dedicó a la docencia en Massachussets.  Su último destino en el exilio fue en México en donde murió en 1963.

"El dinero no lo es todo; aquí en México gano menos dinero que en los Estados Unidos; sin embargo, me siento tranquilo, feliz.”

(Conversaciones con Raúl Leiva, en Prosa Completa)

 

Su literatura

 

 El choque o la lucha entre la realidad y el deseo, es el sentimiento que plasma Cernuda en su obra. Hecho que explica que a partir de 1936, titulara así al conjunto de toda su poesía.

 

En él hay dos exilios: el suyo propio con respecto a todo lo que lo rodea y el provocado por la guerra civil. El conflicto permanente entre el deseo y la realidad y el amor y el deseo de amar son la esencia de toda su obra.

 

-     - Un amor no disfrutado, pero sentido. Es lo que encontramos en el libro Los placeres prohibidos. 

- El amor, como experiencia feliz pero marcado por la brevedad. En Poemas del cuerpo.

- Y sobre todo la experiencia amorosa marcada por la insatisfacción, el dolor y el fracaso. En esa experiencia es Donde habita su olvido. 50 años después de su muerte,  ese es el recuerdo del genial poeta, Luis Cernuda.