50 años sin La Môme Piaf

Su biografía es el ejemplo de una vida puesta al servicio de una pasión. “Cantar es mi escape. Es salir de la tierra. Es otro mundo”, dijo. Lo que la distingue: su gran registro vocal, la intensidad de sus canciones y una vida marcada por el desamparo. Siempre logró mantener la cabeza a flote pese a la fragilidad que inspiraba su metro y medio de estatura.  Evocador o no unos años antes de morir grabó la canción “Non, je ne regrette rien” (no me arrepiento de nada).

Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait, ni le mal
Tout ça m'est bien égal
Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
C'est payé, balayé, oublié
Je me fous du passé

“La única vez que he visto el tráfico detenido en París fue para el fin de la Segunda Guerra Mundial y para el funeral de Édith Piaf”. (Charles Aznavour)

Infancia

“Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa… pasé hambre… pasé frío… pero era libre. Libre de no levantarme… de no acostarme… de emborracharme… de soñar... de esperar.”

Su historia comienza bajo la luz de una farola frente al número 72 de la calle Belleville en París. Era 19 de diciembre de 1915.  Su madre, Anneta Maillard, tuvo que afrontar el parto sola. Salió a la calle por sus propios medios, pero no consiguió llegar a un hospital. Édith Giovanna Gassion nació en plena calle y según cuenta la leyenda, gracias a la ayuda de un gendarme.

Siendo pequeña, su madre demasiado pobre como para criarla, le confía su cuidado a su abuela materna, quien en vez de darle leche con biberón, la alimentaba con vino, con la excusa de que así se eliminaban los microbios. Después la entrega a su padre, quién está a punto de ir al frente en la Primera Guerra Mundial, lo que le lleva a dejar a Edith a su abuela paterna (que regenta una casa de prostitución en Bernay, Normandía) donde Édith es criada por las prostitutas de la casa.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, su padre y ella se dedican a vivir la vida de los circos itinerantes y cantan juntos en las calles, tal y como su madre lo hacia. Pronto, Edith se da cuenta de que quiere labrarse su propio camino.  Su excepcional voz y talento no pasan inadvertidos y comienza a cantar en la Place Pigalle y en los suburbios de París.

Algunos detalles de su biografía son difíciles de aclarar, ya que ella exageraba a veces algunos capítulos. Por ejemplo, contaba que había estado ciega durante un período importante de su infancia, cuando la verdad es que su enfermedad ocular, aun siendo grave, nunca le impidió ver.

En 1933, a los 18 años, se enamoró de Louis Dupont. Con él, tuvo su única hija, una niña llamada Marcelle, murió a la edad de dos años enferma de meningitis. Un hecho que marcó toda su vida. Incluso en su apogeo de popularidad y éxito, nunca pudo despegarse de ese dolor.

 

 

De los pequeños pasos al éxito internacional

“Quiero hacer que la gente llore, incluso cuando no entiendan mis palabras.”

En 1935, Louis Leplée, gerente de Gerny’s, un cabaret de moda cercano a los Campos Elíseos, la descubre cantando por las calles de París. Se enamora de su voz y propone como   nombre artístico “Môme Piaf” (niña gorrión) por su aspecto frágil y su pequeña estatura.

 Un año más tarde, en 1936, firma un contrato con Polydor y graba su primer disco: “Les mômes de la cloche” (los niños de la campana). Sin embargo, la suerte sigue sin estar de su lado. En abril de ese mismo año, Louis Leplée es asesinado en su domicilio. Esto revela que él formaba parte de los bajos fondos del barrio parisino de Pigalle y Édith se precipita al centro del linchamiento mediático.

En 1937, toma de nuevo contacto con el compositor Raymond Asso. Se convierte en su amante. Debuta en el music hall en el teatro ABC de París y comienza su camino hacia el éxito.  Jean Cocteau escribe para ella la obre teatral "Le Bel Indifférent". En la primavera de 1944 se presenta en el Moulin Rouge. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, Édith cantaba en los clubs y music-halls. En su autobiografía “El baile de la suerte” (1957) pasa por encima por su participación en el conflicto como madrina de una campo de prisioneros franceses en Alemania y de cómo allí iba a cantarles. Lo cierto es que algunas voces hablan de que ayudó a muchos de estos prisioneros a escapar. En 1945, escribe su canción más célebre: La Vie en Rose.

 

 

Su gran amor: Marcel Cerdan

“En lo que a mí respecta, el amor significa lucha, grandes mentiras y un par de bofetadas en la cara”

En 1948, mientras está en una gira triunfal por Nueva York, conoce al que será el gran amor de su vida, el boxeador francés de origen argelino, Marcel Cerdan.  Pero la fortuna sigue sin estar de su lado, éste muere trágicamente en un accidente de avión el 28 de octubre de 1949 en el vuelo de París a Nueva York en el que viajaba a encontrarse con ella.  En su memoria canta su gran éxito Hymne à l’amour. Además, este noviazgo inspiró la película Édith y Marcel.

El público norteamericano la consagró en 1956 en el Carnegie Hall de Nueva York. Comienza una historia de amor con Georges Moustaki. A su lado tuvo un grave accidente automovilístico en el año 1958, lo que empeora su ya deteriorado estado de salud y su dependencia de la morfina.

 

En 1959, Édith se desploma en escena durante una gira en Nueva York.  Abandonada por Georges Moustaki, regresa a París.  En 1962, se casa por última vez.  Édith tiene 47 años y el afortunado es Theo Sarapo. Es un cantante joven, de 26 años, con el que pasaria los últimos años de su vida. De hecho en alguna ocasión declaró: "Tengo la impresión de ser un hijo que cuida a su anciana y enferma madre". 

 El 10 de octubre de 1963, Édith Piaf fallece en Plascassier a los 47 años de edad, enferma de un cáncer hepático. Se cree que Sarapo condujo su cuerpo de vuelta a París de manera secreta para hacer creer que había muerto en su pueblo natal.

Su fallecimiento fue anunciado oficialmente el 11 de octubre. Fue enterrada en el cementerio Père Lachaise, en París.

Se dice que Jean Cocteau (con el cual Édith mantenía en ese entonces una asidua correspondencia) fallece al enterarse de su muerte.

La película: La Vie en Rose

O La Môme (2007). Dirigida por Oliver Dahan y protagonizada por Marion Cotillard. Es un biopic, un recorrido por toda su trayectoria. Comienza en su infancia en los suburbios del barrio de Beneville hasta alcanzar el estrellato mundial en los años 50 como musa de los existencialistas e icono parisino. Su interpretación de la Môme supuso para Cotillard un Oscar en la categoría de mejor actriz.