‘Magical Girl’, un film de Carlos Vermut

Segundo largometraje del director, guionista e historietista madrileño Carlos Vermut, después de ‘Diamond Flash’ (2011). El personalísimo estilo de Vermut sirve en esta ocasión para narrar ‘Magical Girl’, un oscuro thriller en el que el humor cáustico —sello exclusivo del artista— apuntala el tono casi siniestro de un argumento trenzado de manera brillante. Con un tempo sosegado, sin precipitaciones, tan adecuado al relato, vamos conociendo la psique de los personajes a través de las complejas decisiones que se les plantean.

Luis (Luis Bermejo), un padre en paro, descubre que el mayor deseo de su hija Alicia (Lucía Pollán), enferma terminal de leucemia, es poseer un carísimo vestido de un popular personaje de anime. En el camino del desdichado padre se cruzará Bárbara (Bárbara Lennie), a quien Luis enredará en su cruzada por conseguir el dinero necesario para hacer realidad el que seguramente será el último sueño de su hija. De manera indirecta, se verá implicado en el periplo el tercer personaje clave de la historia, Damián (José Sacristán), profesor de Bárbara en su infancia.

Todos y cada uno de los personajes, protagonistas y secundarios, han sido concebidos desde la indiscutible sabiduría que solo poseen los grandes hacedores de historias. Caracteres muy profundos que parecen guiados por un determinismo hostil, y que se nos dan a conocer progresivamente por lo que Vermut les hace sugerir; y he aquí uno de los puntales de ‘Magical Girl’: lo sugerido, lo que no se cuenta y que cobra, en no pocas ocasiones, más importancia que lo explícito. Ello no habría sido posible sin la interpretación maestra de unos actores en estado de gracia, destacando por encima de sus compañeros Bárbara Lennie; el personaje que Vermut le ha dado ocasión de personificar quizá sea uno de los más completos, por sinuoso y atractivo psíquicamente, de la historia del cine español. Eso sí, Bárbara no sería lo que es sin Luis a un lado, incitándola a la acción, y Damián al otro, sirviendo de apoyo.

El tema vertebrador del film es la moral y sus infinitos e inescrutables pliegues. Cuando una persona es (ex)puesta ante situaciones límite, las decisiones que toma dan cuenta de una faceta humana definitoria de quién es uno en realidad: es entonces cuando la moral ejerce de guía, por encima de los caprichos cotidianos, privilegiando unos valores sobre otros. No todo el mundo tiene ocasión de enfrentarse a la largo de su vida con decisiones de semejante calado, y con esa ausencia se pierde la potencial conciencia sobre uno mismo tan necesaria para sentirse íntegramente humano. Por todo ello, es muy de agradecer que historias como ‘Magical Girl’ muestren estos ‘juegos entre almas’ de manera tan verídica —y, por ello, escurridiza, sin sentencias—, incidiendo con precisión en una cuestión tan perezosamente estipulada —y representada— como los conflictos morales.

‘Magical Girl’ ha sido galardonada con la Concha de Oro a mejor película y la Concha de Plata al mejor director en el Festival de San Sebastián 2014.

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