‘La Cueva’ terror español con mucho estilo

|

La_Cueva_cab


Un grupo de cinco amigos de vacaciones en una isla paradisíaca. Encuentran una cueva cerca de donde han plantado las tiendas de campaña. Deciden investigar su interior y cuando quieren salir descubren que están en problemas. Hasta aquí nada novedoso, aunque una sinopsis como ésta suele ser suficiente para captar mi atención. Pero si además esa isla es Formentera, la película es española y se trata de una grabación que utiliza el “found footage” (metraje encontrado) para realzar la verosimilitud de la historia, mis ganas de verla superan mi aversión por los precios de taquilla.


Un relato de supervivencia en el que los protagonistas viajan al interior de sus instintos, quizá el lugar más confuso y peligroso para perderse. Pero también el más aleccionador. Este tipo de sucesos, contados a la americana, suelen estar sobrecargados de accidentes, sustos y sangre, cuando no de seres sobrenaturales. Es natural, las limitaciones del enclave obligan. Y es aquí precisamente donde Alfredo Montero, director y coguionista de la cinta, se la juega y acierta, alejándose de los trucos propios del género; confía en la interpretación de sus actores, que resulta prodigiosa, y deja fluir la historia para que sean las circunstancias las que hagan avanzar la trama. El resultado es una atmósfera claustrofóbica, viciada sobremanera, que mantiene en tensión de principio a fin. Que hace sudar. Allí donde apenas hay aire, Montero deja respirar a su historia para obtener un efecto elocuente y preciso.


Algunas críticas hablan de cierta languidez y de un final demasiado precipitado. Quizá sea cierto que durante un tramo de la película parece que la trama no avanza o avanza muy lentamente, pero ese ritmo es el adecuado para la evolución física y emocional de los personajes, para afianzar la sensación de realismo y crispar los nervios del espectador, emparejándolos con los de los protagonistas. Así, todo queda dispuesto para lo que viene. Y de lo que no debo hablar. Pero sí puedo decir que es fácil entender por qué puede confundirse con precipitación: como en la vida, los momentos más intensos y trascendentes suceden de la manera más repentina y atropellada. Como el enamoramiento. Como la muerte.


Si te gustó, te gustará: The Descent (Neil Marshall, 2005).


Trailer de La Cueva:



      

Sin Comentarios

Escribe tu comentario



No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.