"Open Windows", tercer largometraje de Nacho Vigalondo —tras "Los Cronocrímenes" (2007) y "Extraterrestre"(2011)—, aborda la problemática actual de la invasión tecnológica: las continuas irrupciones en nuestra intimidad y la consecuente merma de su calidad; el destartalo de la identidad propia de cada individuo cuando se aventura en lo virtual; la hipertrofia informativa y la saturación emocional.
Todo lo que vemos en pantalla es lo mismo que ven los personajes en tiempo real: la imagen captada por las cámaras (de portátiles y móviles). Nick ( Elijah Wood), un bloguero obsesionado con la actriz Jill Goddard (Sasha Grey), es forzado a participar en una perversa trama. Al parecer, la ética y el buen juicio de Nick son de vital importancia para salvaguardar tanto su integridad como la de su musa, pero su protagonismo no es más que un espejismo: Nick es un pelele, y tanto da si elije un camino u otro. Vistos desde esta perspectiva, el criterio y la posición de la mayoría de nosotros no difieren mucho de los de Nick, sometidos como estamos a tramas que nos superan, aunque solo sea porque la ambición perversa de los que las manejan es superior a la nuestra.
La continua superposición de pantallas y el ritmo frenético provocan la sensación de que estemos en el interior de un videojuego (inevitable para todo aquel que haya jugado al "Grand Theft Auto"). Pero pese a la modernidad de la temática y la puesta en escena, Vigalondo apunta que su película es en realidad un thriller clásico: “Básicamente, lo que he hecho ha sido plagiar de cabo a rabo "Impacto" (Brian de Palma, 1980), en la que hay una mujer en peligro, un psicópata amenazando su vida y, al final, todo tiene una solución diferente a la que uno esperaba. Mis referentes nunca han sido películas que hubieran representado Internet en la pantalla, sino que busqué la representación de las ventanas abiertas simultáneamente en cosas mucho más clásicas, como es la pantalla partida en el cine del propio De Palma. Además, esos planos desde la ventana del hotel evocan inevitablemente a "La ventana indiscreta" (Alfred Hitchcock, 1954)”.
Hay que agradecer a Vigalondo que siga desdeñando el intento de colonización del gran público —al menos del español—, y continúe siendo fiel a su particular manera de hacer, de mirar el mundo. Eso sí, si quieres ver Open Windows en cine más vale que te des prisa, pues todo apunta a que no aguantará mucho en cartelera.
Si te gustó Open Windows, te gustará: "The Den" (Zachary Donohue, 2013).
Trailer de "Open Windows":
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