‘Frances Ha’, condenada a convertirse en película de culto
Frances
Ha
es el retrato de una mujer muy especial, Frances, a la que constantemente dan
ganas de abrazar. A través de sus continuos cambios de residencia y de las
relaciones que mantiene con su entorno, descubrimos su particular forma de
estar en el mundo, su peculiar y desenfadada manera de enfrentar la vida.
Interpretada por una Greta Gerwig de manera tan genial que es imposible
imaginar la historia de Frances a cargo de cualquier otra actriz. No en vano,
Gerwig co-guioniza la cinta junto a su director, Noah Baumbach, demostrando gran
valentía –por la complejidad del personaje– y el enorme conocimiento que tiene
de sí misma al elaborar un personalidad, la de Frances, tan a su medida: es
difícil no pensar en cuánto de Frances tiene Gerwig, y viceversa, en la vida
real.
Un guión sensible e inteligente
–con diálogos memorables–, el carisma de los personajes y las situaciones
tragicómicas e intimistas recuerdan a algunas cintas de la Nouvelle Vague, así
como al primer Jim Jarmusch (Down by Law,
Stranger tan Paradise). Como aquellas
y paradójicamente, la sensación de atemporalidad convive con un inspirado y fiel retrato de
la contemporaneidad en la que se inscriben. Sin duda, Frances Ha está condenada
a convertirse en una película de culto del cine independiente.
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