El actor francés Guillaume
Gallienne se estrena en la dirección cinematográfica con esta comedia,
adaptación de una obra dramática escrita por él mismo. Como ya hizo de gira por
los teatros parisinos, el propio Gallienne se interpreta a sí mismo en esta
historia autobiográfica que aborda la problemática de la identidad sexual y las
relaciones familiares. En primera persona y con marcado tono confesional, el
joven Guillaume relata las vicisitudes que sufre debido a la ambigüedad de su
género. Él afirma ser chica, condición que en su propia familia genera
distintas reacciones: indiferencia por parte de su madre, negación y rechazo
por la de su padre y ridiculización por la de sus hermanos. Incomprendido y
marginal también en sus relaciones sociales, Guillaume buscará desesperadamente
modelos de referencia que le ayuden a reconocerse y a encontrar su lugar en el
mundo, en una realidad a menudo hostil.
Concebida y presentada en
forma de obra teatral, sostiene Guillaume en todo momento la impresión de que
uno se encuentra presenciando eso mismo, una representación dramática: la de la
vida de Guillaume, que va abriéndose más y más, desnudándose y riéndose de sí
mismo. Para lograr el tono y la atmósfera adecuados, no duda el artista en
recurrir a herramientas, si no novedosas, sí muy coherentes y adecuadas, como
la apelación directa a cámara o la irrupción natural de figuras extraídas del
subconsciente. Conforme avanza la historia crecen en ritmo e intensidad los momentos
cómicos y la inmersión emocional, desembocando en un final elogiable. El estado
de gracia demostrado por Gallienne fue recompensado en los César franceses, siendo
su película la que más premios obtuvo (5): mejor película, actor, ópera prima,
guión adaptado y montaje.
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