Willy Toledo arremete contra los dirigentes españoles

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Willy Toledo asistió al estreno del documental 'Asier y yo', dirigido por Aitor y Amaia Merino, amigos del actor.

La película relata la relación del director con un antiguo e íntimo amigo miembro de ETA. Una propuesta arriesgada y espinosa que sirvió de marco propicio para que Willy Toledo hablase de su descontento con la situación en España. El actor lleva unos meses viviendo en Cuba, y esa nueva perspectiva brindada por la distancia le sirvió para arrancarse en sus declaraciones en una entrevista concedida a Bekia.es. 


Estos son algunos extractos de la misma: 

"He pasado de un estado y un sistema absolutamente dictatorial impuesto, irresponsable y absolutamente contrario a los deseos del pueblo, a pasar a vivir donde todas las reclamaciones populares, como la marea blanca, la verde, el derecho a una vivienda digna, etc., hace cincuenta y muchos años que se conquistaron. Aquí estamos luchando por lo que en Cuba están disfrutando hace cinco décadas". 

"El ministro Wert, como todos los ministros del Gobierno, tiene su objetivo. Y el objetivo del ministro Wert es destruir la cultura pública y destruir el pensamiento y el saber en general, por una cuestión muy antigua, ya que la cultura es enemiga directa de los estados totalitarios. Por esto, una de las cuestiones fundamentales siempre que un país es gobernado por un partido de la extrema derecha, nacional, católica y fascista, como es el caso de España, es abolir la cultura por aquello de que el saber nos hará libres. Lo que pretenden es crear una sociedad inculta y analfabeta, incapaz de construir un sentido crítico".

"Aquí solo pagan los pobres y pagan en el sentido más literal. Es el país que tenemos y tenemos que intentar darle la vuelta. El ejemplo es el barrio de Gamonal, que ha conseguido parar un proyecto que era un escándalo. En un barrio que tenía que cerrar una guardería porque no tenía 30.000 euros al mes para sustentarla, sí tenía 8 millones de euros para quitarles a los vecinos sus plazas de aparcamiento y cobrarles por aparcar en el parking público que querían construir. Estamos viviendo en un país en el que el robo es continuo y cotidiano, por parte del Estado o de las empresas privadas..."




Willy Toledo habla claro y dice en alto lo que muchos españoles piensan, murmuran y dialogan a diario. Willy habla y regresa a Cuba. La cuestión es ¿sirven de algo discursos como este? Lo que es evidente es que no bastan. ¿Y si fuesen muchos los intelectuales los que profiriesen palabras en esta línea? Es el eterno dilema en torno al papel de la cultura: ¿ha de suscitar la reflexión -simplemente- o debe perseguir un logro mayor? Y, en tal caso, ¿qué logro?, ¿instar a la movilización social, a la acción?, ¿qué acción? Nadie sabe. Y como nadie sabe, lo único que queda, las más de las veces, es la palabra, lanzar lengüetazos mordaces y/o rabiosos al aire.

Quizá lo más interesante y polémico de las declaraciones de Toledo sea la comparativa que traza entre el régimen cubano y las circunstancias en España. En reiteradas ocasiones ha alabado el actor los logros y bondades no solo de Cuba, sino también de otros gobiernos sudamericanos, en contraste con el sometimiento y la corrupción de la política y la cultura en España y en Europa. A muchos pueden sorprender, e incluso irritar, tales comparaciones, y seguro sería conveniente un extenso desarrollo de las mismas para una mejor comprensión de lo que quiere decir Toledo.

Hay que tener presente que la visión que tenemos en España y en Occidente de regímenes como el cubano es la establecida, en su mayor medida, por los medios de comunicación. Si nos quedamos solo con las cuatro palabras extraídas de una entrevista, y dada esa visión unilateral impuesta, declaraciones como las que tratamos aquí pueden sonar vacuamente incendiarias, cuando no sospechosas. Quizá sería recomendable exigir a Toledo un planteamiento más adecuado de sus reflexiones y su postura, con el objetivo de que sus palabras tuviesen un mayor calado y trascendiesen el mero comentario incidental al que estamos acostumbrados. Quizá ya lo haya intentado y este no ha sido difundido. Demasiados quizás.

Lo reseñable de estas declaraciones es que apuntan, aunque sea de soslayo, hacia posibles soluciones o salidas constructivas, en este caso a través del contraste. Más allá de si en Cuba se hacen mejor las cosas que en España, ha de pensarse sobre qué aspectos de allí podrían adaptarse aquí en pos de mejoras, tanto culturales como políticas y sociales. Ya que resulta tan complicado hallar nuevas rutas a través de las cuales lograr que la cultura ocupe el papel preponderante que debe ocupar en toda sociedad, es buen consejo el fijarse y aprender de otros contextos y culturas en favor de la Cultura. 

      

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