Bobby Bland está considerado como uno de los pioneros
del sonido moderno del género, creó
grandes áreas de amor, de traición y resignación, instrumentación dramática, y
dejó a un público vacío pero
impresionado. Un artista sureño negro, que, consiguió darle un toque urbano a
su música y actuó regularmente en los guetos del Norte de Estados Unidos,
compitiendo con B.B. King.
Robert Calvin Brooks, nació en 1930 en Memphis y
comenzó su carrera cantando en las iglesias locales, hasta que se trasladó a
Beale Street, dónde estaban naciendo nuevas formas de música y públicos. Sin
embargo, su suerte llegó en Texas, dónde conoció al productor y compositor Joe
Scott. Con su ayuda, Bobby fue capaz de exprimir al máximo su expresividad
mezclando el góspel, el blues y el soul, que dieron lugar a temas cómo: “I pity
the fool”, “Further on up the road” o
“Little boy blue”, canción que le dio su apodo.
Bobby Bland se consideraba un artista sofisticado, pero
su voz no era la apropiada para los clubes nocturnos, lo que le llevó al
alcoholismo a finales de los sesenta. Pero gracias a la discográfica
californiana ABC, Bobbly Bland vivió en los setenta su mejor época de la mano
del productor Steve Barri. La llegada de la disco music supuso un fracaso en su
carrera musical, al intentar reciclarlo como el mayor romántico de las pistas
de baile, por lo que probó suerte en el country y en el standards. A mediados
de los años ochenta, Malaco (sello de Jackson en Misissippi) volvió a resurgirlo
al descubrir a un público sureño con cierta edad que necesitaba el soul y el
góspel al viejo estilo. Desde entonces, y hasta el 2003, Bobby lanzó varios
discos respetables, hasta que los dolores de su extraña enfermedad lo llevaron
a la silla de ruedas.
En 1992 fue admitido en el Salón de La Fama del Rock y
en el 97 recibió un Grammy Lifetime Achievement Award.
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