LITERATURA

Quedarme y vivir con lo que fuese: Manu

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Escribe Jabois (Sanxenxo, 1978): “El embarazo, cuando me desentendía involuntariamente de él, era la sensación de despertarse sin recordar nada de la noche anterior pero intuir que te habías enrollado con la chica que te gustaba. Manu era la chica que me gustaba engendrada por la mujer que más me gustaba del mundo. Todo me gustaba tanto que me daba el lujo de olvidarlo”.  


Manu es un viaje a la paternidad, en el que se cuenta la vida, la de Manu, la de Ana y también la de él.  Es ver a un Jabois embarazado o quizás desembarazado. Pero, no crean que van a asistir a un simple compás de espera. "Manu" es una travesía sin retorno que arranca en el hospital con el propio autor durmiendo desnudo en la cama donde debería estar su mujer y que nos pasea por su infancia, por sus “primeros encuentros” en Madrid, por un congreso de periodistas en Huesca, por alguna noche en el casino de A Toxa y por interminables o por qué no alcoholizadas madrugadas de verano en Sanxenxo.




MANUELJABOIS

Jabois (personaje o no) escribe con elegante exageración, cuidada ironía y con el humor que tanto le caracteriza. Especialmente un humor donde siempre acaba riéndose de sí mismo y que en el lector provoca la carcajada. (Nota: atención al episodio del bigote).


Un viaje en lel que descubres a variopintos personajes como su amigo Ángel García Carragal (el hombre que sin quererlo desmontó el arte contemporáneo) o Pepín Calaza (y sus “teorías” sobre el  cero) en su famoso Bois de Vincennes, en las afueras de París. Jabois también habla de periodismo. De su modo de trabajo y de su manera de ejercerlo. No es original pero: “las ideas llegan trabajando”-reconoce-.  Sincero, admite que Arcadi  Espada o David Gistau llegan con su luz “a un lugar que veces intuyo pero no alcanzo”.  Sea o no, quizá peca de exagerado:

“Pero el principal rasgo de mi ambición es ese: ir siempre a compararse con los grandes y salir escaldado una y otra vez. Quien se complace en estar siempre mirando por encima del hombro a quien cree que no está a su altura va listo en esta vida, pienso yo”.

 

En las últimas páginas del libro, hay un cierto cambio de tono.

¿Qué quiero para mi hijo?- se pregunta- Bromas aparte, sobre la posibilidad de que éste se un libro de autoayuda dirigido a sí mismo. "Quiero que crezca al aire libre o que se rompa un brazo de vez en cuando o que lea para que sueñe". O quizá -añado yo- solo quiera una infancia como la suya:

 "Yo nunca podré ser una celebridad de nada porque mis padres a mí me dieron una infancia placida y feliz, sin caprichos pero sin necesidades, tan vulgar que da respeto recordarla”.


Manuel Jabois acaba de trasladarse a Madrid desde su Galicia natal. "Vete a Madrid, me decían en Pontevedra. Vente a Madrid, me decían desde Madrid. Y yo escribí eso de que en Madrid parecía que no tenían otra cosa que hacer que esperarme a mí".

      

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