Estimado Rey de la Rumba

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Peret, más conocido como el creador de la rumba catalana, y elevado de forma indiscutible al título del Rey de la Rumba, dejó la tierra de los mortales el pasado 27 de agosto de este mismo año, como consecuencia de las complicaciones del cáncer que padecía. Tenía 79 años. Al recordarlo, es inevitable imaginarlo con su guitarra en mano, al compás del ritmo que le hizo popular y que contagió al público español e internacional: la rumba catalana. 


Natural de Barcelona y de etnia gitana, Peret supo enseñar que había compases intermedios entre el cante flamenco y la música comercial y popular. Sus canciones, mitos de una época que también trajo cambios sociales y políticos, no dejaron de sonar en todos los ámbitos festivos hasta convertirse en elemento imprescindible de la cultura musical de nuestro país.


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Peret nació el 24 de marzo de 1935 en Barcelona, en el seno de una familia gitana. Como todo muchacho que tiene que ayudar a su familia para sobrevivir, Peret comenzó como comerciante de telas junto con su padre. Viajando entre Cataluña y Baleares, Peret siempre se supo atraído por los acordes de la guitarra y el cante. Su primer tonteo con la música fue junto con una de sus primas, con la que formó el dúo Los Hermanos Montenegro. Debutaron en el Teatro Tívoli de Barcelona.



Fue el primer paso para grabar su primer disco en 1947. Un primer trabajo que, a pesar del esfuerzo y la ilusión puestos, no tuvo el éxito esperado y pasó desapercibido. No obstante, sus repetidas actuaciones por los locales festivos de la costa catalana hizo que su nombre fuera un rumor entre la gente de Barcelona; y, así, grabó dos discos que sonaron con gran insistencia en las emisoras locales.



El empujón a su recién estrenada carrera musical vino en Madrid a mediados de la década de los 60, cuando entró a formar parte de El Duende, un tablao flamenco perteneciente a Pastora Imperio, bailarina y cantante sevillana, y Gitanillo de Triana, un torero español de etnia gitana. Su gran éxito de presentación fue la canción ‘Una lágrima’ de 1967, que se convirtió posteriormente en una de las canciones del verano de 1968.




Fue una revolución a nivel nacional. En un momento en el que los grupos anglosajones se disputaban el protagonismo de los chiringuitos con los conjuntos españoles, como Los Bravos, el tocadiscos de turno pinchaba las primeras rumbas de Peret a petición de los fiesteros de la época.



Peret tuvo oportunidad de darse a conocer en las pantallas de televisión de toda Europa gracias al más que conocido concurso Eurovisión en su edición de 1974. Interpretó uno de sus más famosos éxitos: ‘Canta y sé feliz’, con el que contagió de nuevo el ritmo y la alegría de su música.




Sin embargo, el bombazo nacional e internacional había venido anteriormente de la mano de ‘Borriquito’ en 1971. Coincidiendo con el boom del turismo de sol y playa, Peret contagió el ritmo a los turistas y traspasó fronteras. La canción ‘Borriquito’ se mantuvo durante siete semanas en el puesto número 1 de las listas musicales. Los alemanes también se contagiaron del encanto de la rumba y el single de Peret estuvo encabezando las listas durante dos semanas consecutivas.





A pesar del éxito, sucede a veces que la vida nos pide iniciar otras etapas muy contrarias al viento que sopla en ese momento. Y así sucedió que en 1982, Peret decidió de forma imprevista abandonar totalmente la música e ingresar en la sección barcelonesa de la Iglesia Evangélica de Filadelfia. Durante casi una década realizó labores religiosas bajo el nombre de ‘Hermano Pedro’, hasta que retomó las raíces de la rumba que le dio a conocer y montó una productora discográfica, realizando apariciones públicas de forma esporádica.



A partir de la década de los noventa se suceden infinidad de colaboraciones con otros artistas reconocidos, inclusive cantautores catalanes como Joan Manuel Serrat. A él le dedicó en el disco homenaje ‘Per al meu amic Serrat’ la canción ‘Me’n vaig a peu’ (Me voy a pie). Los reconocimientos a una larga trayectoria musical tampoco se hicieron esperar. En 1998 recibió la Cruz de Sant Jordi y el 3 de mayo de 2011 la ciudad Mataró le otorgó el título de hijo predilecto de la ciudad.



El 30 de julio de 2014 fue el mismo Peret el que anunció a los medios que sufría cáncer y que se retiraba de los escenarios para recibir tratamiento y volver lo antes posible y en buena forma. Lamentablemente, la vida no quiso que continuará con nosotros. Pero nos quedamos con su sarao, sus melodías y su rumba. Nos quedamos con su ritmo contagiante que nos hace movernos en nuestra silla y cantar sus canciones en las buenas fiestas, las de toda la vida. Nos quedamos simplemente con su mensaje: ¡Canta y sé feliz!



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1 Comentarios

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DEP

escrito por Lili 08/sep/14    13:25 h.

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