ABBA desvela el por qué de su ropa "hortera"
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Maria Escolar |
martes, 18 de febrero de 2014, 22:00
Corrían los años 70 y comienzos de los 80, el espíritu hippie y el Rock and Roll ya habían atenuado esa mecha que, en forma también de furor estilístico, hubo de acontecer en décadas anteriores. Entre los más reaccionarios comenzaba ahora a despuntar la provocadora estética asociada a la cultura punk; un joven David Bowie desde Reino Unido se alzaba como icono de la excéntrica indumentaria Glam; desde el otro lado del charco nos iba llegando el sonido (con la consecuente moda) de bandas como Queen, Aerosmith o los no menos extravagantes Kiss.
En medio de esta excelsa y variopinta escena musical, que impregnaba a su vez los armarios de la juventud llenando de color las calles de las más modernas urbes, irrumpían cuatro jóvenes suecos con una vestimenta cuanto menos peculiar (nada acorde en principio a las pegadizas melodías pop que presentaban), ante un público menos acostumbrado a las extravagancias. Sus coloridos trajes, diseñados por Inger Svvenke, les convirtieron en el foco de todas las miradas a su paso por, el entonces aclamado, Festival de Eurovisión:
Minifaldas y pantalones acampanados de nailon, latex, spandex, lentejuelas, pieles, raso, animal print, kimonos, caftanes o botas con plataformas formaban parte de su habitual atrezzo. Un vestuario tan llamativo como indiscutiblemente hortera, auténticos atuendos que parecían más propios de un film de ciencia ficción que de un grupo pop. Y, sin embargo, su contribución al mundo de la moda fue indiscutible.
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Aunaron a amas de casa, drag queens y, por vez primera, un grupo europeo colándose por igual en las escuchas del Lejano Oriente, Latinoamérica, la Unión Soviética o África. Fueron auténticos embajadores de Suecia en todo el mundo, creadores del estilo europop; su legado se traduce en innumerables parodias, guiños, musicales... Y lo cierto es, que aún hoy no hay fiesta de disfraces que se precie en la que alguien no trate de caricaturizar la vestimenta de este grupo que hubo de llamarse ABBA.
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- Pero, ¿por qué eligieron esta estética? -
No fue por diversión, y aunque así lo crean, tampoco por tratar de llamar la atención. Detrás de la estética de ABBA se escondía un motivo mucho más llamativo: burlar al fisco sueco.
El erario del país escandinavo permite desgravar la ropa de trabajo, siempre que dichos uniformes no sean propios de una vestimenta habitual de calle. Concretamente la ley sueca dice lo siguiente: “Tienen que ser trajes fantasiosos, para el escenario, ropa con el logo de su empleador u otros atributos que los distingan completamente de la ropa del día a día”.
En ABBA lo tuvieron claro desde los comienzos, si había que disfrazarse para salir al escenario, no había nada suficientemente estrafalario con lo que no fueran a atreverse.
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Así lo hicieron, curiosamente así marcaron tendencia y así lo han desvelado. Revelación que ocurre a tenor de la presentación de un libro que se editará el próximo mes de marzo en Reino Unido. "ABBA: The Official Photobook" traerá consigo 600 imágenes, 100 de ellas inéditas y confesiones tan sorprendentes como ésta. Así que, ¡habrá que echarle un vistazo!
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