‘Babel’, videoclip de El Columpio Asesino
Virgili
Jubero dirige el videoclip de Babel, primer single de Ballenas
muertas en San Sebastián, quinto disco de El Columpio Asesino. La letra del tema, plagada de metáforas,
encuentra su correspondencia en las imágenes del video, plagado así mismo de metáforas visuales. Quizás estas
últimas puedan parecer demasiado crípticas, pero gracias al contexto que vivimos
—que es el criticado en esta historia— podemos
intuir y descifrar con cierta claridad quiénes son los sujetos protagonistas y
las reprochables acciones que llevan a cabo. Es precisamente ese contexto
corrupto y la consecuente y constante denuncia mediático-social del mismo lo
que permite que el grupo de Pamplona vaya un paso más allá para emitir su
particular denuncia, columpiándose
con elegancia para, gracias al impulso y la inercia, asestar más fuerte a golpe
de talón.
La saturación de simbolismo y los personajes remitiendo a zonas oscuras de sí mismos encuentran su referente directo en el universo de David Lynch, poniendo de manifiesto que la realidad propuesta por el director americano, aquella que semejaba tan surrealista, tan alejada y casi disparatada de nuestro día a día, está mucho más cerca de lo que pensábamos. Tal vez la maldad y la sordidez que caracterizan a esos personajes reprobables no forme parte de nosotros, no haya penetrado en nuestras casas, pero que nadie olvide que ellos han construido los muros entre los que habitamos. El riesgo de contagio es inminente.
Información sobre Ballenas muertas en San Sebastián extraída de la página de su discográfica, Mushroom Pillow:
La inspiración para este
disco viene de la decadencia de la época actual, de unos valores y hasta de la
misma casa en donde se grabó el disco. El
sonido del underground neoyorkino de finales de los 70 (Suicide, ESG), de grupos kraut (Beak),
industriales (Einstürzende Neubaten),
tecno pop (Soft Cell) y los
clásicos atemporales que siempre han acompañado al grupo.
"La atmósfera del disco consigue materializar el desasosiego y la distorsión social que queremos expresar y reflejar."
El tono general del disco queda perfectamente reflejado tanto en su portada,
una foto de Peio Izcue, como en su
título. "En estos momentos de
desconcierto puede que todos nos veamos reflejados en esa figura,
distorsionados, siempre fuera de foco, ya
no tanto con un anhelo de felicidad sino simplemente con el deseo de vivir
muestras de sincronía con lo real".
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