Gervasio Sánchez o el periodismo más puro
En una conferencia se
debatía si el periodista debía ser objetivo o no. El tema, un tanto manido,
dejó unas cuantas reflexiones. La más llamativa 'los reporteros de guerra somos
meros espectadores. No podemos ir de ayuda humanitaria'. La frase cayó como una sentencia en la sala
y, aunque nadie lo dijo, a muchos hizo pensar ¿Es así el comportamiento del
periodista en la actualidad? Desde luego, Ryszard Kapuściński, le hubiese echado a la hoguera. O quizá no, por su talante dialogante y
cercano, le hubiese ofrecido su obra 'Los cínicos no sirven para este oficio'.
Afortunadamente, existe
otra visión del periodismo más puro que no se vanagloria del reportero -
protagonista. A esa 'escuela de humildad' asistieron, en diferentes momentos y
épocas, tres grandes del periodismo de contienda: Gervasio Sánchez, Enrique
Meneses y el mencionado Kapuściński. Dos de
ellos, lamentablemente, ya no nos acompañan, pero quedará por siempre su obra y
quienes la recuerdan, como es el caso de Gervasio.
Si existiese el don de la ubicuidad, sin duda él lo tendría. Gervasio
Sánchez, cordobés y maño de adopción, lo mismo recoge un premio en Málaga que
participa en un homenaje en Madrid. Así es él, como los buenos periodistas, está
dónde está la noticia. Y le da tiempo a ser conferenciante. Y a alabar a sus
compañeros. Sin duda, un premio merecido el otorgado - Libertad de Prensa -
quizá por afirmaciones como que "La guerra, la miseria, la inmigración, la tragedia, el
sufrimiento, la muerte ni el periodismo son un espectáculo" o "el
periodista debe huir de las obscenidades de empresas periodísticas que hunden
medios de comunicación, mientras salvan
los salarios escandalosos de un puñado de tiburones sin escrúpulos".
Y como estas, tantas.
Su compromiso con los
niños de la guerra en Sierra Leona, el reflejo veraz y a la vez cándido de las
víctimas de las minas antipersona, y un
extenso proyecto de fotografía documental centrado en el tema de la
desaparición forzosa realizado en diez países de América Latina, Asia y Europa
le elevan al culmen del fotoperiodismo. Pero no como el que se eleva para no
ver la realidad. Literal, cada instantánea lleva a la historia, al padecimiento,
a la cotidianeidad dentro de lo anti cotidiano, y a sus personajes, que en su
caso, son personas de carne y hueso.
Y es que, el que lucha
por esta profesión, sabe que el periodismo más puro tiene que volver, que no
debe extinguirse, que tiene que contar, analizar, no mediatizar (ardua tarea).
E informar, sin cortapisas. Y descubrir
a los nuevos 'Gervasios', que haberlos, haylos.
Atrapa a Gervasio (si puedes) en la expo 'Campos de Batalla' del Museo de León, del
23 de mayo al 30 de junio, en León (España)
Escribe tu comentario