La obra de Francesc Català-Roca (Valls 1922-Barcelona 1998) que ahora se expone se
centra en el período de la década de los años 50. A partir de ese momento,
la fotografía documental comenzó a tener otro sentido, a ser una representación
de aquello de lo que era testigo, sin artificios.
Así, Català-Roca, obras maestras es un recorrido por aquella España de la que fue testigo. Trató de reflejar cómo era la vida en el siglo XX. Este trabajo, que llevó a cabo durante más de tres décadas, nos deja como legado un compendio de 200.000 fotografías en muy buen estado, pues él mismo descartaba aquellos trabajos que no le parecían que estaban perfectos.
A pesar de la importancia que tuvo su trabajo, él no quería ser considerado un artista. Afirmaba que si la fotografía tenía un valor era porque podía ser reproducida infinidad de veces. Comenzó a hacer fotografías con tan sólo 13 años para hacer algo diferente a lo que veía en su casa. Su padre, Pere Català Pic, era un vanguardista que seguía las premisas del consturctivismo ruso; todo lo contrario que su hijo, que buscaba captar la realidad tal y como era.
El campo y la ciudad, las tradiciones... Todo podía ser objetivo de su cámara. Fotografió a un Luis Miguel Dominguín en una corrida de toros que se organizó en Carrascosa del Campo (Cuenca) para impresionar a la que sería su futura mujer, Lucía Bosé; a Salvador Dalí le retrató saltando a la comba en 1953 en el Parc Güell; fue testigo de cómo un carbonerito sonriente se apoyaba en la pared para aliviar la carga de su cesta; captó el momento en el que un cura bendedía a los animales el día san Antón de 1955 y a una joven Micaela Flores, La chunga, bailando ante unas fábricas en Barcelona.Dónde: Círculo de Bellas Artes de Madrid. Hasta el 12 de enero. de martes a domingos de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00. Lunes cerrado
Escribe tu comentario