Fotografía de William Christenberry
Desde el día 25 de este mismo mes y hasta el 24 de noviembre se expondrá en la Sala Azca, de la Fundación Mapfre, un recorrido por las historias que cuenta cada una de las fotografías de Christenberry. El propio autor dice que no son simples fotografías y que él no es un simple fotógrafo, sino que, cuenta momentos o transmite algo que ha visto y quiere compartirlo con los demás desde su punto de vista. Son más de 300 obras, la mayoría vintage, realizadas entre 1961 y 2007.
La muestra está dividida en varias temáticas, comenzando con un grupo en blanco y negro de fachadas correspondientes a los
años 60. Imágenes muy similares a las realizadas dos décadas antes por Walker Evans, justo la intención de
William, seguir sus rastros, aunque gracias a esa búsqueda continua de Evans,
el fotógrafo encuentra los temas predilectos y que serán iconos de su trabajo
en años posteriores.
Otro grupo
de imágenes son las realizadas a sitios antiguos, envejecidos, con un cierto
aroma a rancio y nostalgia que le recordaban a su infancia. Así también,
encontraremos su plasmación y la fascinación que sentía por los letreros hechos
a mano y los carteles publicitarios del paisaje de Alabama. Tras esta época, pierde interés por otro mundo más
modernizado que se le iba presentando y, es por ello que, comienza a centrarse en
los paisajes puros que, hasta entonces, eran sólo attrezzo de sus obras. En esta exposición también se muestran unas
obras menos conocidas, ya que, son de pequeñas ciudades y, por norma general, a
William Christenberry, le agradaba
más el paisaje rural del sur americano. Impacta también The Klan Room, la visión del
fotógrafo y cómo plasmó, desde dentro, la época racista tan cruel vivida en América en los años 70. En ellas, fotografía
encuentros del Ku Kux Klan en
Tuscallosa y Tennessee, todo ello de forma clandestina.
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