Georges Méliès. La magia del cine en Caixa Forum Madrid
A finales del siglo XVIII comenzaron a realizarse espectáculos con la linterna mágica y se incorporaron nuevas técnicas y efectos como la sobreimpresión (dos linternas distintas) o el agrandamiento o el empequeñecimiento de la imagen. Un ejemplo de ello es la Phantasmagoria, con la que, a través de este tipo de efectos, se representaban brujas, esqueletos o fantasmas y se conseguían imágenes de aspecto sobrenatural y surrealista que impactaban enormemente al público de la época. No obstante, estos aparatos no solucionaron el problema de la consecución de imágenes en movimiento y habrá que esperar al siglo XIX y a la aparición de la fotografía y la perspectiva retiniana para conseguirlo. Ambas fueron los pilares del cine y con ellas se crearon artefactos como el Fenakistoscopio (1829), Estraboscopio (1829), Zootropo (1834) o Praxinoscopio (1877), que incorporaron imágenes en movimiento y se presentaron en el teatro donde las imágenes se sobreimpresionaban sobre un escenario en miniatura.
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A raíz de estas innovaciones Thomas A. Edison inventó el Kinetoscopio (1890), precedente de los videos caseros en forma de caja vertical con bobinas dentro, donde el espectador podía ver las imágenes a través de un cristal de aumento. Edison marca el futuro del cine, ya que fue fundamental la película con perforaciones, aunque también tenía sus limitaciones, al funcionar con electricidad era difícil de mover y salir al exterior, para liberar la cámara habrá que ir a Francia y conocer a los hermanos Lumière.
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Los Lumière
fueron los pioneros en realizar la primera proyección pública de imágenes en
movimiento (La salida de los obreros de
la fábrica) con su propia máquina: el Cinematógrafo
(1895), una cámara portátil que filmaba y reproducía imágenes. El primer día de
la proyección solo entraron 35 personas, pero quedaron sorprendidas y
maravilladas, no por el tema, sino por la realidad en movimiento (que ahora nos
parece tan banal y cotidiana). Así, se convierte en uno de los espectáculos más
atractivos e influyentes del momento.
El cine tuvo una extraordinaria acogida, aunque dos años después de su nacimiento sufrió un golpe que estuvo a punto de hacerlo desaparecer: se produjo un incendio durante la proyección en los Campos Elíseos de París, 140 personas murieron y se propagó la idea de que el cine era peligroso e indeseable. Ante este suceso, se introdujo la precaución de que, en lugar de que la bovina cayera en un cesto, lo hiciera sobre una segunda bovina. Sin embargo, el incendio no fue el único motivo que provocó el descenso de espectadores, hubo una segunda causa: el cansancio del público por la poca novedad de argumentos en las películas. Entonces llegó Méliès.
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Georges Méliès (1861-1938) convirtió el cine en una nueva forma de expresión artística, sirviéndose de lo ilusorio y lo fantástico. El cineasta francés comenzó siendo un ilusionista, tenía un teatro en París (el Robert Wudin) donde creaba espectáculos de magia, siempre con un carácter cómico. Más tarde filmaría estas escenas con una cámara cinematográfica. Méliès quiso comprar el cinematógrafo de los Lumière, pero no estaba en venta, así que compró más tarde el Bioscopio de Robert William Paul y con él introdujo la exhibición de películas en su teatro, pero no contentándose con ello, compró en Londres miles de metros de película virgen para realizar sus propias películas.
De grabar los números de magia del teatro pasó a incorporar nuevas técnicas cinematográficas. Parece que fue el azar el que lo llevó a su gran descubrimiento: un día su cámara sufrió un atasco y al proyectarla Méliès observó que el coche de policía se transformaba en una ambulancia, acababa de descubrir un trucaje, el primero en la historia del cine, que hoy se conoce como “paso de manivela”. A partir de aquí utilizará los trucos de su escenografía teatral en sus películas, revelando un universo fantástico y mágico.
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En 1897 funda un estudio cinematográfico en Montreuil (París), el primero de Europa y el segundo del mundo. Aquí hizo el papel de director, actor, guionista, compuso las escenografías y hasta realizó películas en color. Entre su año de apertura y 1915 se rodaron en este estudio 500 películas aproximadamente, las cuales abarcaron multitud de temas, siempre marcados por la fantasía: vistas del natural, actualidades reconstruidas, películas históricas, religiosas, etc., así como nuevos efectos: fundidos y encadenados que le servían para representar el sueño o saltos en el tiempo y el espacio, la sobreimpresión o el travelling.
En la exposición tenemos una muestra de la mayoría de los aparatos anteriormente citados (desde las sombras chinescas hasta el Kinetoscopio de Edison), pudiendo el espectador interactuar con ellos y, además, se proyectan algunas de las películas de Méliès, incluida la más ambiciosa y conocida El viaje a la luna (1903). Al final de la muestra se encuentra La invención de Hugo (2011), película de Martin Scorsese que se basa en el estilo de Méliès. La muestra se convierte, así, en un recorrido ameno y divertido por la historia de los orígenes del cine y, tanto los más pequeños como los adultos la disfrutarán. ¡No os la perdáis!
Lugar: Caixa Forum Madrid
Fechas: Del 26 de julio al 8 de
diciembre de 2013
Precio
entrada: 4 €. Gratuita para los clientes La Caixa.
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